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Revista digital: Número 64

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lunes, 20 de mayo de 2013

Prueba de resistencia: Uso continuo en la ampliación de la planta de Hamm AG

La ampliación de la fábrica de Hamm AG ha sido una verdadera prueba de resistencia para los compactadores de la marca: sobre una superficie de 150.000 m2, las máquinas movieron alrededor de 290.000 m3 de tierra en sólo tres meses.

En medio del tumulto, entre numerosas excavadoras y camiones, también se usaron las novedades de Hamm y Wirtgen que se presentarán en la feria bauma, ya que los fabricantes quisieron aprovechar la oportunidad y someter sus últimos desarrollos a una dura prueba de carga. El resultado: las máquinas convencieron a operadores y jefes de obra por su rendimiento, manejo y fiabilidad.
Siempre entran en juego enormes superficies e inmensas masas cuando Michael Wegener, jefe de obra de Hamm AG, habla sobre la ampliación de la planta, ya que el fabricante de compactadores ha ampliado la planta de su fábrica matriz en Tirschenreuth (Baviera) en 150.000 m2. “Después de que en mayo de 2012 el terreno estuviera completamente desbrozado, se hicieron por primera vez visibles las enormes dimensiones del proyecto”, explica Wegener recordando, el inicio de la construcción.
Para la ejecución de las obras, Hamm había contratado al grupo Max Bögl. El contratista trabajó estrenando las nuevas máquinas de Hamm y Wirtgen, la mayoría de las cuales se presentaron en bauma. Esto ha permitido a las empresas del grupo someter sus máquinas a una verdadera prueba de resistencia en sus propios terrenos.

Estabilización del suelo en 21 capas
El primer trabajo fue nivelar la pendiente para conseguir una superficie plana en los más de 120.000 m? de terreno detrás de la planta existente. Para ello se tuvieron que mover unos 290.000 m? de tierra. Aproximadamente la mitad de este material se trasladó por capas, mejorado y compactado, al lado más bajo de la parcela. En estos trabajos se emplearon máquinas de construcción de Hamm y Wirtgen: los compactadores monocilíndricos H 18i y H 20i compactaron el suelo, previamente mezclado con cemento a una profundidad de 40 cm con el estabilizador de suelos WR 250i de Wirtgen. Los dos compactadores monocilíndricos pertenecen a la última generación de equipos de compactación de tierras y el WR 250i no ha estado oficialmente disponible hasta la feria bauma 2013. Sólo se utilizaron máquinas «i» de tecnología punta en cuanto a combustión y control (inteligente) de emisiones. Sus motores cumplen con las directivas de emisiones Euro IIIB / Tier 4i.
Los compactadores no sólo son respetuosos con el medio ambiente, sino también muy resistentes, al funcionar ininterrumpidamente sin problemas. “La estabilización del suelo con el nuevo WR 250i, así como la posterior compactación, salió a pedir de boca”, recuerda Wegener, jefe de obras. Detrás del estabilizador, el H 20i P de 20 t compactó con  tambor de pata de cabra la tierra preparada. Con este tambor se consiguen buenos valores de compactación en suelos cohesivos y en suelos mixtos, como los que se encontraron en la obra. Además, el rodillo monocilíndrico consigue de esta forma una gran superficie, a través de la cual el suelo se puede secar bien. Le siguieron dos compactadores con tambores lisos, un H 18i de 18 t y un H 20i. El estabilizador y el trío de compactadores trabajaron capa por capa durante un período de tres meses hasta alcanzar la altura requerida. En el punto anteriormente más bajo, al final había 21 capas con un espesor total de 8,50 m.

HCQ, calidad en toda la superficie
A fin de asegurar la capacidad de carga en la nueva superficie, la empresa Max Bögl usó el navegador HCQ para controlar la compactación en toda la extensión y así realizar el autocontrol. El sistema documenta cada pasada de los compactadores monocilíndricos y la capacidad de carga resultante del suelo. Sobre todo el conductor, responsable de la compactación final de cada capa, fue quien rápidamente se dio cuenta de las ventajas de los navegadores HCQ de Hamm: “Veo muy bien en qué sitio no se ha alcanzado todavía la capacidad de carga requerida, por lo que puedo volver a compactar ese punto”. Para él el sistema era nuevo, “pero nuestro personal aprendió rapidísimamente cómo manejarlo. Realmente, se trata de un sistema con facilidad de manejo”, elogia el ingeniero Gunnar Bellmann, jefe de obra de Max Bögl, el navegador HCQ.

Prototipo secreto sobre neumáticos
Tras el estabilizador de suelo WR 250i, entró en escena el segundo prototipo secreto: el nuevo compactador de neumáticos GRW 280 con tecnología ‘i’. Su misión era efectuar la compactación final de la nueva superficie plana de más de 120.000 m2. Lastrado hasta alcanzar un peso de trabajo de 16 t, se atareó poco a poco por todo el vasto terreno. Con el fin de que no se quedara ningún metro cuadrado sin trabajar, el GRW 280i también usó el navegador HCQ.
Dado que este compactador con nuevo motor no se iba a presentar al público hasta la feria bauma 2013, en Hamm tenían mucha curiosidad en cuanto a los comentarios de los conductores de Max Bögl sobre esta máquina. Las reacciones fueron todas muy positivas. “Mis compañeros estaban impresionados por la facilidad de manejo, el comportamiento de conducción del compactador y el espacio disponible en la cabina con aire acondicionado”, resumió el capataz Heiko Richter.

Aplicación a gran escala
Toda la nueva superficie tratada se cubrió después de la finalización de la superficie plana con dos capas protectoras contra helada de 20 cm cada una. Para la compactación entraron en escena dos novedades: el compactador monocilíndrico H 13i de 13 t y el nuevo compactador de planchas vibratorias. El compactador monocilíndrico con una anchura de trabajo de 2,14 m y un potente motor diésel de cuatro cilindros de 105 kW es una de las tres «novedades» de la serie H que se lanzó oficialmente al mercado en la feria bauma 2013. También este dispositivo de compactación tuvo un gran éxito entre el equipo de Max Bögl.
El H 13i se combinó con el compactador de planchas vibratorias acoplable que Hamm presentó por primera vez en la feria Intermat 2012. Este compactador monocilíndrico, combinado con las planchas de vibración, optimiza el proceso y los resultados de compactación especialmente en suelos no aglutinantes. Con su tambor, el compactador monocilíndrico logra un gran efecto de profundidad, al aplicar una frecuencia baja y una amplitud elevada. Las planchas de vibración, que pasan inmediatamente después, evitan la descompactación de la capa superior gracias a su gran superficie de apoyo. De este modo, el compactador monocilíndrico logró con sólo dos pasadas capacidades de carga de más de 120 MN/m2.
Gracias al acoplamiento rápido para el sistema hidráulico y una mecánica inteligente, el equipamiento adicional se montó en un abrir y cerrar de ojos. En uso, las planchas de vibración deslumbraron por su sencillo desplazamiento horizontal y la posibilidad de variar y ajustar la frecuencia. El capataz Richter describe las ventajas desde su punto de vista: “Gracias al gran desplazamiento lateral de 800 mm a ambos lados del  tambor, también es posible compactar bien los bordes. A esto se suma la facilidad de manejo mediante la palanca de mando en la cabina. Todo encaja técnica y ergonómicamente”.

Nueva zona de pruebas
Además de la superficie en la que máquinas y edificios encontrarán su lugar, Hamm amplió en esta obra también la pista de prueba. La colina de demostración anterior, con diferentes ángulos de acceso empinados, se aplanó. En su lugar, a pocos metros de distancia, se creó una nueva colina como parte de una pista de pruebas de 30.000 m2.
Al compactar la nueva colina con pendientes de hasta un 70%, los compactadores de la serie H pusieron a prueba sus habilidades superiores. Al mismo tiempo, también entraron en acción los rodillos tándem de Hamm y una extendedora SUPER 1900-2 de Vögele. Construyeron diferentes superficies de asfalto, que se compactaron con un HD+ 90i, un DV 90 y un GRW 280. Las máquinas de Hamm convencieron al equipo de Max Bögl también sobre asfalto.

Prueba de carga aprobada
Después de una minuciosa planificación, el equipo de Max Bögl acabó la obra en sólo cinco meses. “En este lapso de tiempo, no obstante, las nuevas máquinas han acumulado no pocas horas de servicio. Al final, cada compactador monocilíndrico ha compactado aproximadamente 150.000 m3 en más de 500 horas de servicio”, calcula Reiner Bartsch, responsable de productos y  encargado de supervisar especialmente las máquinas que están a punto de lanzarse al mercado. Su conclusión es muy positiva: “La estabilización fue una operación especialmente exigente. En días con mucho viento nos encontrábamos con polvo de cemento en suspensión, una verdadera prueba de carga para los filtros”. Pero las máquinas no se dejaron vencer. “Los técnicos de servicio sólo tuvieron que hacerse cargo de pequeños ajustes en las nuevas máquinas. Todos los puntos pudieron ser identificados y resueltos rápidamente por nuestros colegas”, afirma Wegener, jefe de obra. Con esta prueba de uso continuado queda claro: el triunfo de los nuevos compactadores de Hamm.