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Revista digital: Número 64

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viernes, 4 de enero de 2013

Carretera e I+D+i. Una visión 2025 al servicio del usuario y del ciudadano

Artículo publicado el número especial de la Revista Carreteras "Carreteras 60 años. 1951-2011. Un recorrido hacia el futuro" (marzo-abril 2012).

España es líder mundial en construcción y explotación de carreteras, contando, asimismo, con empresas de primer nivel internacional en el sector de la movilidad inteligente, la seguridad vial o el desarrollo de materiales. Así, a día de hoy, podemos afirmar con total tranquilidad que la tecnología española de carreteras es una de las más avanzadas del mundo.

Por José Papí, Director Gerente, Plataforma Tecnológica Española de la Carretera (PTC)

Por su importancia, el sector viario español puede y debe ser uno de los sectores económicos que lidere tanto la mejora de nuestra competitividad en el actual contexto de estancamiento económico como la puesta en marcha de los objetivos de la Estrategia Estatal de Innovación (E2I), que aspira a que España ocupe el puesto 9º del ranking mundial de la innovación en el año 2015.
En este sentido, es conveniente que una visión estratégica guíe los esfuerzos científicos y tecnológicos de las Administraciones Públicas responsables y de las empresas, las Universidades y los centros tecnológicos activos en el sector de las infraestructuras viarias españolas.
Por ello se propone que, con horizonte en el año 2025 (Visión 2025), los esfuerzos de investigación del sector viario español (que ya son muchos y muy notables) se orienten a hacer realidad el dodecálogo de derechos del usuario reconocidos en la Carta de Derechos de los Usuarios de la Carretera de la Federación Europea de Carreteras.
Doce son los derechos que propugna esta carta, suscrita en Bruselas en el año 2002:

  1. Derecho de acceso a las redes de carreteras.
  2. Derecho a que el desarrollo social y económico no se vea limitado por la inexistencia de redes de carreteras.
  3. Derecho de uso en condiciones de seguridad.
  4. Derecho de uso en condiciones de eficacia.
  5. Derecho a un tratamiento fiscal equitativo.
  6. Derecho a la información sobre la situación de la red.
  7. Derecho a la información sobre la gestión de la red.
  8. Derecho a mejores condiciones medioambientales.
  9. Derecho a la interoperabilidad de las redes a nivel internacional.
  10. Derecho a la salvaguarda de los intereses de todos los usuarios de las redes de carreteras.
  11. Derecho a la incorporación y aplicación de los avances de la técnica.
  12. Derecho a un uso sostenible para un futuro sostenible.

En suma, las actividades científicas y tecnológicas del sector viario español deben contribuir decisivamente a que estos derechos sean disfrutados cada vez más plenamente por los usuarios de las infraestructuras viarias españolas.

Megatendencias: los grandes retos tecnológicos de la carretera
El sector de la carretera en España afronta cada día importantes retos tecnológicos en ámbitos fundamentales como son la movilidad inteligente, la seguridad vial, los materiales, la energía y la sostenibilidad, el medio ambiente, y la gestión eficaz de las infra-estructuras y los modos de transporte al servicio del ciudadano.

La carretera y la movilidad inteligente
Los Sistemas Inteligentes de Transporte (“Intelligent Transport Systems”, ITS) han revolucionado la forma en la que se entiende la movilidad de personas y empresas dentro de un sistema de transporte más seguro, más eficiente y con un mejor comportamiento medioambiental. A pesar de los avances realizados, el grado de despliegue de las soluciones (“deployment”) debe seguir progresando conforme a las líneas maestras trazadas por la Directiva 2010/40/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 7 de julio de 2010, por la que se establece el marco para la implantación de los sistemas de transporte inteligentes en el sector del transporte por carretera y para las interfaces con otros modos de transporte.
Los Sistemas ITS deben cumplir su función de suministrar al usuario información de calidad y a tiempo real. Así, es prioritario trabajar de cara al perfeccionamiento de los productos existentes, yendo más allá de los meros estudios, los análisis y las estrategias. Para ello se debe superar el binomio agentes-cámaras, dando valor a la información existente con sistemas más avanzados. Un objetivo relevante es obtener tiempos de recorrido más detallados gracias a la combinación de datos existentes de origen diverso (espiras, sensores, “Bluetooth”, reconocimiento de matrículas, satélite). El desarrollo de Sistemas ITS prácticos y comprensibles para los usuarios contribuirá a reforzar el componente de “deployment” a los proyectos de I+D+i, debiendo insistirse en las actividades de “demonstration” y “exploitation”.
Es fundamental avanzar hacia una mayor optimización de la capacidad existente. La gestión de tráfico del futuro debe implantar medidas de explotación dinámica de la carretera, en función de las condiciones reinantes en cada momento, avanzándose así hacia una gestión más eficiente de la infraestructura disponible. Asimismo, los Sistemas ITS deben contribuir a desarrollar tecnologías que faciliten la transferencia de mercancías y viajeros entre los distintos modos de transporte, los cuales pueden coordinarse más eficiente-mente para acortar tiempos de transporte y abaratar costes.
Las exigencias de sostenibilidad demandan que los Sistemas ITS faciliten escenarios de movilidad más eficientes y adaptados a los nuevos desarrollos procedentes del mundo de la automoción. La labor científica y tecnológica del sector debe hacer realidad la integración de la información aportada por los vehículos y la existente en la infraestructura, para generar así servicios de alta calidad. Estos sistemas cooperativos deben funcionar dentro de un marco común y de una arquitectura integral en el que se de-finan claramente los roles de la infraestructura y el vehículo en cuanto a servicios cooperativos se refiere.
La investigación en Sistemas ITS debe anticipar los escenarios de movilidad del futuro, preparando el terreno para opciones vanguardistas como la movilidad automática, la predicción de los comportamientos del conductor o, de un modo más realista, la tarificación dinámica del uso del vehículo a través de sistemas fiables y precisos de posicionamiento. La eROAD del futuro será una carretera electrónica de colaboración 2.0, en la que el usuario dispondrá de un entorno de colaboración para la divulgación de información, mantenimiento y la gestión sostenible de la autopista.
En suma, el sector debe ofrecer respuestas a estos retos a través de líneas de investigación como:

  • Aplicación eficaz de la Euroviñeta y de la Directiva de Implantación de Sistemas ITS en España.
  • Desarrollo de aplicaciones que consigan la sinergia de los datos suministrados por el equipamiento ITS ya instalado en la infraestructura viaria en España.
  • Optimización del uso de las infraestructuras de carreteras existentes.
  • Suministro al usuario de información de calidad y a tiempo real sobre alternativas de desplazamiento dentro de la red de carreteras, en el transporte público y en otros modos de transporte.
  • Impulso de una movilidad más sostenible y comprometida con el medio ambiente.
  • Creación de modelos de movilidad adaptados a las nuevas tipologías de vehículos.
  • Fomento y despliegue de sistemas cooperativos I2V, V2I, V2V, I2I para entornos urbanos e interurbanos.
  • La carretera electrónica 2.0.
  • Sistemas de tarificación dinámica del uso de la infraestructura.

La carretera y la seguridad vial
La seguridad vial sigue siendo hoy un problema mayúsculo para la sociedad española. Con más de 85.500 accidentes con víctimas y casi 2.500 fallecidos en el año 2010, el importante coste social que representan las cifras recogidas en el último informe del Observatorio Nacional de Seguridad Vial no deja lugar a dudas.
Ante la necesidad de una inversión continua en la formación y en el control de los conductores, y tomando en consideración que los desarrollos tecnológicos en el sector de la automoción precisan de unos plazos de tiempo considerables para su incorporación masiva al parque de vehículos, las políticas y estrategias basadas en la infraestructura están tomando un protagonismo creciente. Estas actuaciones presentan la ventaja de una implantación rápida que permite obtener beneficios sociales de inmediato.
El sector carretero debe impulsar el desarrollo tecnológico en seguridad vial teniendo en cuenta que la calidad y el estado de la carretera influyen de forma determinante en los accidentes, y que la señalización, los sistemas de contención, los pavimentos y la iluminación reducen la siniestralidad y la gravedad de los accidentes.
La nueva Directiva Europea ha marcado directrices para la gestión de la seguridad vial infraestructural. Es prioritario trabajar para que la aplicación de esta normativa europea, que va a entrar en vigor en muy corto plazo, contribuya eficientemente a reducir los accidentes de la carretera. La preocupación por la seguridad vial debe ser permanente, comenzando con las primeras actividades de planificación y proyecto, y siguiendo en la conservación y la explotación. Para ello será imprescindible tener en cuenta la experiencia en otros países para rebajar las cifras que se recogen más arriba.
La actividad científica y tecnológica del sector debe orientarse a conocer cualitativa y cuantitativamente todos los factores que influyen en la accidentalidad de los usuarios de la carretera. Es prioritario comprender la representatividad de las distintas tipologías de accidentes de la carretera, con el objeto de poder definir las directrices y medidas a adoptar más eficaces. El futuro tecnológico en este ámbito nos exigirá esfuerzos importantes:

  • Tecnologías, herramientas y metodologías de soporte a la implementación de la Directiva Europea 2008/96/CE sobre gestión de la seguridad de las infraestructuras viarias.
  • Actuaciones innovadoras de seguridad vial.
  • Mejora del equipamiento vial.
  • Accidentología y reconstrucción de accidentes.
  • Análisis estadísticos avanzados.

La carretera y los materiales
El sector de las infraestructuras viarias ha trabajado tradicionalmente en la mejora de los materiales utilizados en la construcción de carreteras, así como en el avance de las técnicas constructivas y los sistemas de control de calidad. A esta preocupación se une hoy la importancia creciente de la percepción de los usuarios al utilizar las carreteras, por ejemplo en términos de baja sonoridad, regularidad longitudinal o alta adherencia. Al mismo tiempo, la durabilidad y la reutilización y reciclado de materiales cobran cada vez más sentido en un contexto económico que demanda niveles mayores de seguridad, eficiencia y sostenibilidad.
Es prioritario que el sector carretero impulse soluciones susceptibles de ser implantadas en el medio plazo como el reciclado de pavimentos, el aprovechamiento de subproductos de la construcción y de otros desechos, la fabricación a menor temperatura o la reducción de emisiones. Los ligantes y conglomerantes tradicionalmente utilizados en los pavimentos son las emulsiones bituminosas y los cementos; para producirlos se consumen energías y combustibles con emisiones de CO2 que impactan en el medio ambiente: se deben buscar nuevas alternativas de ligantes o conglomerantes que reduzcan esos impactos.
Los esfuerzos deben centrarse en investigar en soluciones vanguardistas que, tomando en consideración los objetivos de seguridad, eficiencia y sostenibilidad, hagan realidad a largo plazo la consecución de materiales perpetuos o con mejoras de comportamiento en la construcción y explotación de carreteras.En resumen, se deben impulsar:

  • Nuevas tecnologías para materiales y técnicas constructivas más seguras, eficientes y sostenibles.
  • Materiales y técnicas constructivas para la carretera del futuro.

La carretera, la energía y la sostenibilidad
El signo de los tiempos demanda que las carreteras del futuro se orienten a la eficiencia y el ahorro energético. La red de carreteras debe responder a una demanda creciente de movilidad, la cual debe satisfacerse con el menor consumo energético posible. En la actualidad no existe un catalogo fiable que permita, por ejemplo, conocer el consumo de energía y las emisiones de CO2, una información que sería muy valiosa para que proyectistas, administración, constructores, explotadores y usuarios ideen soluciones, métodos u operaciones más sostenibles.
Es prioritario que el sector lidere una auditoría rigurosa de los consumos y las emisiones ligadas a la planificación, la construcción y la explotación de carreteras. Para ello será necesario no sólo disponer de modelos y programas informáticos de análisis teórico, sino también llevar a cabo programas experimentales a escala real que aporten datos sobre la validez de los resultados predichos por los modelos teóricos.
Para cumplir con los objetivos de eficiencia energética planteados a nivel europeo, el sector carretero debe impulsar la integración de la carretera con las necesidades derivadas de la eventual introducción masiva de los vehículos híbridos y eléctricos, así como su reconfiguración para dar cabida a puntos de recarga, hidrogeneras, estaciones de biogás, etc. Al mismo tiempo, se deben explorar soluciones tecnológicas que minimicen el gasto de energía relacionado con las infraestructuras viarias.
Ante la necesidad de una mejor gestión de los recursos a nivel mundial, y más concretamente de los recursos energéticos, es necesario replantearse el diseño de la red viaria para conseguir que las carreteras no sólo cumplan con su misión principal de asegurar la movilidad de ciudadanos y empresas, sino también con otras misiones que hagan más rentable su explotación e incrementen todavía más su contribución al desarrollo económico. Así, el futuro tecnológico demanda:

  • Análisis del ciclo de vida (ACV) de la carretera desde el punto de vista energético. Consumos y emisiones.
  • Minimización de consumos energéticos de la carretera.
  • Adaptación de la infraestructura viaria a las necesidades derivadas de nuevas tipologías de vehículos y de fuentes energéticas no convencionales.
  • Integración de fuentes de energía novedosas en los usos de la carretera. Aprovechamiento de la carretera para la generación de energía.
  • Recuperación de energía de la carretera (“Energy Harvesting”).

La carretera y el medio ambiente
La ocupación del territorio por las grandes infraestructuras y los efectos que sobre el medio ambiente tienen la construcción y la explotación de los medios de transporte, sean éstos carreteras, ferrocarriles, aeropuertos o puertos, es una realidad que para todos los ciudadanos supone una gran inquietud, aunque a veces la sensibilidad medioambiental se llegue a ejercer de manera emocional y no fundamentada. Es necesario hacer compatible la demanda de la sociedad actual de disponer de mejores carreteras con las exigencias derivadas del respeto a los intereses medioambientales como una de las premisas irrenunciables del desarrollo sostenible.
Hasta hace poco la labor tecnológica del sector ha seguido un enfoque clásico centrado en evaluar el impacto de la carretera sobre el medio ambiente, que consideraba a los elementos del medio como condicionantes, para valorar a continuación el coste de las medidas correctoras necesarias (visión restrictiva). El sector carretero ha cambiado hoy de paradigma y marca como prioridad el estudio del valor añadido y del beneficio que la carretera puede aportar al medio ambiente.
Es prioritario que los esfuerzos del sector en materia medioambiental se sinteticen en ecoetiquetas fácilmente comprensibles para proyectistas, administración, constructores, explotadores y usuarios que presenten las alternativas más ecológicas para la construcción y la conservación de las infraestructuras. De esta forma se estimulará el uso de estas alternativas en las licitaciones y en las compras del sector viario español.
En esta línea, el futuro tecnológico debe tomar en consideración las siguientes orientaciones:

  • Reciclaje de residuos.
  • Reutilización de materiales.
  • Nuevas tendencias en el diseño de infraestructuras.
  • Absorción de contaminantes de la atmósfera.
  • Corredores ecológicos.
  • Ecoetiquetado de productos.
  • Ecoetiquetado de carreteras.

La gestión eficaz de las carreteras al servicio del ciudadano
El problema al que debemos enfrentarnos ahora es el notable incremento del volumen de tráfico consecuencia del alto desarrollo económico. Hay una relación directa entre el nivel de renta de un país y la movilidad de sus ciudadanos y sus mercancías, habiéndose abandonado a día de hoy la investigación en alternativas poco realistas que buscaban romper la correlación entre esas dos variables. Al subir el nivel de renta, inexorablemente aumenta el tráfico en carretera. En nuestro país, en el que el nivel de renta todavía está por debajo del de los países europeos con los que competimos, también ocurre que nuestra movilidad está por debajo de la de ellos.
Las carreteras, dentro de las limitaciones económicas obvias que siempre existen, han de estar y mantenerse vivas, y han de evolucionar adaptándose a la demanda del usuario y a las necesidades cambiantes de los nuevos hábitos de desplazamiento. Los tiempos perdidos por congestión del tráfico son un coste externo importante. Todos los estudios indican que el ahorro que se obtendría eliminando o reduciendo la congestión bastaría para financiar medidas de ampliación de la capacidad de las carreteras y autovías actuales o la construcción de otras nuevas. No podemos olvidar que las carrete-ras son parte integral (y necesaria) para el funcionamiento óptimo de nuestro sistema de transporte. Hay que orientar la investigación del sector a explicitar aquellas alternativas en las que la carretera es la solución más adecuada y sostenible para responder a las demandas sociales de movilidad. Del mismo modo, nuestro sistema de transporte todavía puede optimizar su capacidad para responder a las demandas de movilidad que plantea la sociedad. La mejora en la coordinación entre los modos de transporte para acortar tiempos de transporte y abaratar costes, es fundamental para el desarrollo de un transporte sostenible en nuestro país. Un desarrollo de la tecnología en este sentido conllevará una mejora en nuestra productividad industrial y en la distribución de nuestros productos, con la consiguiente mejora de nuestra competitividad.
El ciudadano español se ha acostumbrado a una importante disponibilidad de recursos públicos para inversión en infraestructuras de transporte. Sin embargo, las limitaciones presupuestarias existentes nos conducen a una situación en la que es necesaria una mayor colaboración privada. Así, el sector de la infraestructura viaria debe impulsar el desarrollo tecnológico en esta área tomando en consideración que la alternativa del peaje permite el pago directo por el usuario y no por el contribuyente. En este sentido, ha de estudiarse en detalle la viabilidad técnica y económica de la tarificación de los costes externos de la carretera. El futuro tecnológico en este ámbito debe atender a las siguientes realidades:

  • Mejora de la conectividad y de los servicios de la red de carreteras.
  • Corredores dedicados.
  • Fomento de la cooperación entre los modos de transporte (“Comodality”).
  • Pago por uso de las infraestructuras viarias.
  • Transporte cooperativo.

Las carreteras del futuro
Las autopistas de tercera generación, las nuevas composiciones de los firmes, los equipos electrónicos e informáticos instalados en las infraestructuras y en los vehículos, las señalizaciones innovadoras, los sistemas de inspección automática de infraestructuras... son algunos de los elementos primordiales que definirán la carretera del futuro.
Una carretera que debe ir con los tiempos, adaptarse a la demanda y garantizar el desplazamiento de personas y mercancías en las más altas condiciones de seguridad, comodidad y rapidez. Y no sólo en lo que atañe a la obra nueva sino, y muy especialmente, en lo que afecta a la actualización y modernización del patrimonio viario existente.
La carretera representa aproximadamente el 10% de los impuestos recaudados por el Estado; sería lógico que esa contribución revirtiera en mayor medida al modo de transporte que los genera (principio de afectación impositiva). Las inversiones en el sector carretero, sobre todo en labores de conservación, mantenimiento y optimización de la gestión, no pueden verse reducidas como ha sucedido en los últimos años, poniendo en peligro los niveles de servicio de uno de los pivotes centrales de nuestra competitividad industrial. Al mismo tiempo, los esfuerzos públicos y privados en I+D+i orientado a las infraestructuras viarias deben reforzarse.
El futuro ya ha llegado y la carretera no puede quedar al margen del progreso. Porque debemos ser conscientes de que sin carretera no hay desarrollo. Un sector que mueve el 91% del tráfico interior de viajeros y el 93% del tráfico interior de mercancías debe seguir cumpliendo con su obligación de liderazgo. Es por ello que no cabe duda que el sector viario será uno de los que experimente mayores innovaciones en los años venideros.

Conclusión: un sector comprometido y que mira hacia el futuro
Para que todo el despliegue tecnológico descrito más arriba nos lleve a la aplicación y el despliegue de estas innovaciones en el mercado, es necesario que los actores del sector trabajen de forma conjunta. Con la presentación de la primera Agenda Estratégica de Investigación 2011-2025 de la Carretera en España (I) en diciembre de 2010, las organizaciones que integran la Plataforma Tecnológica Española de la Carretera (PTC) han asumido su responsabilidad y han dado un importante paso adelante.
Tras una intensa labor de reflexión y debate a nivel tecnológico en la que ya participan más de 50 organizaciones y de 220 expertos individuales del ámbito científico, tecnológico y empresarial, se ha puesto sobre la mesa una visión estratégica que incluye 116 prioridades de investigación agrupadas en seis foros de trabajo temáticos (ITS y Movilidad, Seguridad Vial, Materiales, Energía y Sostenibilidad, Medio Ambiente, Transporte e Intermodalidad). Cada línea de investigación se ha encajado en un calendario de implantación (2011-2015, 2016-2020, 2021-2025), el cual hace referencia al marco temporal en el que se recomienda la disponibilidad y/o la implantación generalizada de la tecnología en cuestión en el mercado.
Al tiempo, se ha elaborado un completo análisis de los proyectos e iniciativas (más de 300) de las organizaciones activas en el I+D+i viario en España, un esfuerzo que se ha concretado en la publicación de dos ediciones de un "Who’s Who" de Capacidades Tecnológicas (II, III) , que tiene como objetivo impulsar una mejor difusión de los logros tecnológicos de la marca España de carreteras.

1. Implementación de las prioridades de investigación: recomendaciones para el sector

La gestión exitosa de la innovación va mucho más allá de la gestión de un solo aspecto organizativo como el Departamento de I+D, el desarrollo de productos o la creatividad de los directivos. Todos los expertos en innovación recomiendan tender a un enfoque integrado, en el que se tomen en consideración las interacciones y los cambios en mercados, así como la evolución de las tecnologías y de las organizaciones. Y es que, “todo el crecimiento económico que ha ocurrido desde el siglo XVIII es atribuible en última instancia a la innovación”, en palabras del académico norteamericano William Baumol.
Fruto del diálogo dentro de los foros de trabajo de la PTC, hoy se constata que hay un compromiso firme de las empresas, de las Universidades y de los centros tecnológicos activos en el sector de las infraestructuras viarias españolas de cara a diseñar e implementar estrategias de I+D+i de largo recorrido, que no dependan únicamente de las subvenciones públicas al I+D y que comporten una apuesta importante en términos de recursos humanos e inversiones en equipos.

2. Implementación de las prioridades de investigación: recomendaciones para los programas públicos de apoyo a la I+D+i

Esta dinámica y compromiso del sector debe complementarse con la necesaria continuidad (y mejora) de los programas públicos de apoyo a la I+D+i, más si cabe en los tiempos que corren, donde el estímulo financiero de las políticas públicas puede ser determinante para mantener la competitividad del sector y apoyar la creación de nuevos nichos de trabajo para el sector. En este sentido, se aportan las siguientes consideraciones:

  • Es fundamental aumentar (y no reducir) la cuantía de las subvenciones disponibles. La financiación anual global disponible en forma de subvenciones en las convocatorias de los distintos instrumentos públicos de apoyo al I+D+i ha disminuido notablemente en los últimos años. Esta tendencia es contraproducente en el contexto actual, en el cual las empresas han de desarrollar esfuerzos muy importantes para crear nuevos productos y servicios para dar un salto cualitativo que garantice nuevos posicionamientos competitivos. La financiación disponible en forma de créditos es cuantiosa, pero es dudoso que el sistema sea capaz de absorber eficazmente este tipo de financiación en las condiciones en las que se ofrece.
  • La carretera es un sector estratégico para cualquier economía moderna y por tanto no debe ser penalizada en los programas de ayuda. Actualmente el sector de la carretera, así como los otros modos de transporte, no se encuentran entre los temas prioritarios de investigación en las convocatorias de ayudas a proyectos de I+D. El transporte es responsable de la generación de gran cantidad de proyectos innovadores, alta movilización de inversión y retornos rápidos para la sociedad. En este sentido, la no movilización de fondos específicos para esta actividad podría perjudicar esta tendencia. Se solicita por ello la no penalización con respecto a otros sectores y ser considerado dentro de las líneas prioritarias de inversión in-novadora. Hay sectores de moda que reciben una financiación desmesurada en relación a su importancia socioeconómica, mientras en ocasiones se apoya insuficientemente a sectores vertebrales de nuestro actual grado de bienestar, como es el caso de las infraestructuras viarias. Estos desequilibrios deben ponerse de manifiesto, para que los representantes políticos y sociales valoren convenientemente el destino del dinero público de los españoles.
  • Es recomendable dar a conocer un calendario estable de convocatorias. Existe una importante incertidumbre sobre las condiciones finales de participación y la tipología de proyectos solicitados en las convocatorias, lo que impide trabajar con tiempo en la preparación de los consorcios y los borradores de las memorias. Al mismo tiempo, esta situación plantea dificultades a la hora de dar continuidad a proyectos en marcha, a la espera de la publicación de convocatorias.
  • Se debe caminar hacia la simplificación administrativa. Esta simplificación se puede concretar en la unificación de programas y de las condiciones técnicas y económicas solicitadas a los consorcios (composición, porcentajes de participación, presupuestos, etc.). De este modo se facilitaría el seguimiento periódico de los programas de apoyo y la disponibilidad de informes anuales de proyectos adjudicados, en curso o finalizados, organizados por áreas temáticas y por sector de actividad.
  • Es conveniente disponer de una justificación técnica detallada en el caso de rechazo de propuestas. En los casos en los que un proyecto no resulta financiado, no existe un informe técnico que justifique los motivos de la no financiación, tal y como sucede en los programas europeos de I+D. El hecho de no existir esta retroalimentación impide realizar un análisis de las posibles carencias de la propuesta de cara a futuras presentaciones. La emisión de este informe favorecería la transparencia general del sistema y mejoraría la calidad de las futuras memorias técnicas de los proyectos.
  • Hay que dar continuidad a los proyectos exitosos, acercando las tecnologías a los mercados. El apoyo a aquellos proyectos de investigación que hayan presentado unos resultados sólidos debe continuar en el tiempo con instrumentos de apoyo a actividades de demostración y pruebas piloto que transformen esa investigación en innovación real. Al mismo tiempo, se debe exigir a los proyectos un programa claro de actividades orientadas al despliegue de las tecnologías en el mercado nacional e internacional (“exploitation”, “deployment”), para así optimizar el uso de los (siempre escasos) recursos disponibles.
  • Las Agendas Estratégicas de Investigación preparadas y consensuadas por las Plataformas Tecnológicas deben constituir un importante punto de partida para las decisiones de las Administraciones Públicas. En los criterios de valoración de los proyectos se deben tener en cuenta la labor desarrollada en el seno de las Plataformas, fruto del debate entre expertos del ámbito científico, tecnológico y empresarial pertenecientes al sector.