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Revista digital: Número 64

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lunes, 27 de enero de 2014

Prueba de resistencia: Ampliación de la planta de Hamm AG

La ampliación de la fábrica de Hamm AG ha sido una verdadera prueba de resistencia para los compactadores de la propia empresa, ya que se trataba de un proyecto de dimensiones inmensas, en el que se trabajó una superficie de 150.000 m2. En sólo tres meses, las máquinas movieron alrededor de 290.000 m3 de tierra. En medio del tumulto, entre numerosas excavadoras y camiones, también se usaron las novedades de Hamm y Wirtgen que se presentaron en la pasada edición de la feria bauma, ya que los fabricantes quisieron aprovechar la oportunidad y someter sus últimos desarrollos a una dura prueba de carga. El resultado: las máquinas convencieron a operadores y jefes de obra por su rendimiento, manejo y fiabilidad.

Siempre entran en juego enormes superficies e inmensas masas cuando Michael Wegener, jefe de obra de Hamm AG, habla sobre la ampliación de la planta, ya que el fabricante de compactadores ha ampliado la planta de su fábrica matriz en Tirschenreuth (Baviera) en unos impresionantes 150.000 m2. “Después de que el terreno estuviera completamente desbrozado, se hicieron por primera vez visibles las enormes dimensiones del proyecto”, explica el jefe de obra recordando el inicio de la construcción. Para la ejecución de las obras, Hamm había contratado al grupo Max Bögl como contratista general. En este caso, la firma trabajó estrenando las nuevas máquinas de Hamm y Wirtgen. Esto ha permitido a las empresas del grupo Wirtgen someter sus máquinas a una verdadera prueba de resistencia en sus propios terrenos.

Estabilización del suelo en 21 capas
El primer trabajo herculino fue nivelar la pendiente para conseguir una superficie plana en los más de 120.000 m2 de terreno detrás de la planta existente. Para ello se tuvieron que mover aproximadamente 290.000 m3 de tierra: dos grandes excavadoras retiraron las masas de tierra en la mitad superior, llegando a profundizar hasta 12 metros. Aproximadamente la mitad de este material se trasladó por capas, mejorado y compactado, al lado más bajo de la parcela.
Por supuesto, se usaron máquinas de construcción de Hamm y Wirtgen: los compactadores monocilíndricos
H 18i y H 20i compactaron el suelo, que previamente había sido mezclado con cemento a una profundidad de 40 cm, con el estabilizador de suelos WR 250i de Wirtgen. Así fue como se aunó la flor y nata de la compactación de tierras en la obra. Especialmente destacable es el hecho de que sólo se utilizaran máquinas “i”, de tecnología punta en cuanto a combustión y control (inteligente) de emisiones. Sus motores cumplen con las directivas de emisiones Euro IIIB / Tier 4i y, por lo tanto, trabajan con emisiones extremadamente bajas.
Los compactadores no sólo convencen por ser respetuosos con el medio ambiente, sino también por su resistencia, al funcionar ininterrumpidamente sin problemas. “La estabilización del suelo con el nuevo WR 250i, así como la posterior compactación con los vanguardistas compactadores monocilíndricos H, salió a pedir de boca”, recuerda Wegener. Detrás del estabilizador, el H 20i P de 20 t compactó, con tambor de pata de cabra, la tierra preparada. Con este tambor se consiguen buenos valores de compactación en suelos cohesivos y en suelos mixtos, tal y como se encontraron en la obra. Además, el compactador monocilíndrico consigue de esta forma una gran superficie, a través de la cual el suelo se puede secar bien. Le siguieron dos compactadores monocilíndricos con tambores lisos, un H 18i de 18 t y un H 20i. El estabilizador y el trío de compactadores trabajaron capa por capa durante un período de tres meses hasta alcanzar la altura requerida. En el punto anteriormente más bajo, al final había 21 capas con un espesor total de 8,50 m.

El navegador HCQ garantiza la calidad en toda la superficie
A fin de asegurar la capacidad de carga en la nueva superficie, la empresa Max Bögl usó el navegador HCQ para controlar la compactación en toda la extensión y así realizar el autocontrol. El sistema documenta cada pasada de los compactadores monocilíndricos y la capacidad de carga resultante del suelo. Sobre todo el conductor, responsable de la compactación final de cada capa, rápidamente se dio cuenta de las ventajas de los navegadores HCQ de Hamm: “Veo muy bien en qué sitio no se ha alcanzado todavía la capacidad de carga requerida, por lo que puedo volver a compactar ese punto”. Para él el sistema era nuevo, “pero nuestro personal aprendió rápidamente cómo manejarlo. Se trata de un sistema con facilidad de manejo”, elogia el ingeniero Gunnar Bellmann, jefe de obra de Max Bögl, el navegador HCQ.

Prototipo secreto sobre neumáticos
Tras el estabilizador de suelo WR 250i, entró en escena el nuevo compactador de neumáticos GRW 280 con tecnología “i”. Su misión era efectuar la compactación final de la nueva superficie plana, de más de 120.000 m?. Lastrado hasta alcanzar un peso de trabajo de 16 t, se atareó poco a poco por todo el vasto terreno. Con el fin de que no se quedara ningún metro cuadrado sin trabajar, el GRW 280i también usó el navegador HCQ.
Dado que este compactador con nuevo motor no se iba a presentar al público hasta la feria bauma 2013, desde Hamm se tenía mucha curiosidad en cuanto a los comentarios de los conductores de Max Bögl sobre esta máquina. Las reacciones fueron todas muy positivas. “Mis compañeros estaban impresionados por la facilidad de manejo, el comportamiento de conducción del compactador y el espacio disponible en la cabina con aire acondicionado”, resumió el capataz Heiko Richter.

Aplicación a gran escala para el compactador de planchas vibratorias acoplable
Toda la nueva superficie tratada se cubrió después de la finalización de la superficie plana con dos capas protectoras contra helada de 20 cm cada una. Para la compactación de los más de 120.000 m? de cada capa entraron en escena dos novedades: el compactador monocilíndrico H 13i de 13 t y el nuevo compactador de planchas vibratorias. El compactador monocilíndrico con una anchura de trabajo de 2,14 m y un potente motor diésel de cuatro cilindros de 105 kW es una de las tres “novedades” de la serie H que se lanzará oficialmente al mercado en la feria bauma 2013. También este dispositivo de compactación tuvo un gran éxito entre el equipo de Max Bögl.
El H 13i se combinó con el compactador de planchas vibratorias acoplable que Hamm presentó por primera vez en Intermat 2012. Este compactador monocilíndrico combinado con las planchas de vibración optimiza el proceso y los resultados de compactación especialmente en suelos no aglutinantes. Con su tambor, logra un gran efecto de profundidad, al aplicar una frecuencia baja y una amplitud elevada. Las planchas de vibración, que pasan inmediatamente después, evitan la descompactación de la capa superior gracias a su gran superficie de apoyo. De este modo, el compactador monocilíndrico logró con sólo dos pasadas capacidades de carga de más de 120 MN/m?.
Gracias al acoplamiento rápido para el sistema hidráulico y una mecánica inteligente, el equipamiento adicional se montó en un abrir y cerrar de ojos. En uso, las planchas de vibración deslumbraron por su sencillo desplazamiento horizontal y la posibilidad de variar y ajustar la frecuencia. El capataz Richter describe las ventajas desde su punto de vista: “Gracias al gran desplazamiento lateral de 800 mm a ambos lados del tambor, también es posible compactar bien los bordes. A esto se suma la facilidad de manejo mediante la palanca de mando en la cabina. Todo encaja técnica y ergonómicamente”.

Nueva zona de pruebas con tramos con pendientes
Además de la superficie en la que máquinas y edificios encontrarán su lugar, Hamm amplió en esta obra también la pista de prueba. La colina de demostración anterior, con diferentes ángulos de acceso empinados, se aplanó. En su lugar, a pocos metros de distancia, se creó una nueva colina como parte de una pista de pruebas de 30.000 m2.
Al compactar la nueva colina con pendientes de hasta un 70%, los compactadores de la serie H pusieron a prueba sus habilidades superiores. Al mismo tiempo, también entraron en acción los rodillos tándem de Hamm y una extendedora SUPER 1900-2 de Vögele. Construyeron diferentes superficies de asfalto, que se compactaron con un HD+ 90i, un DV 90 y un GRW 280. Las máquinas de Hamm convencieron al equipo de Max Bögl también sobre asfalto.

Prueba de carga aprobada
Después de una minuciosa planificación, el equipo de Max Bögl acabó la obra en sólo cinco meses. “En este lapso de tiempo, no obstante, precisamente las nuevas máquinas han acumulado no pocas horas de servicio. Al final, cada compactador monocilíndrico ha compactado aproximadamente 150.000 m3 en más de 500 horas de servicio”, calcula Reiner Bartsch, responsable de productos y encargado de supervisar especialmente las máquinas que están a punto de lanzarse al mercado. Su conclusión es muy positiva: “Para los compactadores monocilíndricos la estabilización fue una operación especialmente exigente. En días con mucho viento nos encontrábamos con polvo de cemento en suspensión, una verdadera prueba de carga para los filtros”. Pero las máquinas no se dejaron vencer. “Por lo demás, los técnicos de servicio sólo tuvieron que hacerse cargo de pequeños ajustes en las nuevas máquinas. Todos los puntos pudieron ser identificados y resueltos rápidamente por nuestros colegas”, afirma Wegener, jefe de obra. Con esta prueba de uso continuado de las nuevas máquinas queda rotundamente claro: ya nada se interpone a que triunfen los nuevos compactadores de Hamm.